lunes, 4 de mayo de 2015

ETIOLOGÍA DE LA DEPRESIÓN
 
  La depresión es generalmente desencadenada por  sucesos exteriores. Se sabe, sin embrago, que no existe un factor único responsable de la aparición de la depresión, sino que la enfermedad es el resultado de la conjunción de varias causas.

 Los factores biológicos.
   El enfermo depresivo presenta un desequilibrio químico a nivel cerebral, particularmente una baja en la eficacia de algunos neurotransmisores (serotonina, noradrenalina, dopamina). Debido a que el cerebro es el centro que controla todo el cuerpo, y que es también el responsable de las emociones, la memoria y el pensamiento, esta perturbación química lleva progresivamente a un desajuste importante del humor y de las funciones intelectuales y físicas.
  Así pues, la depresión se define como un desequilibrio en el corazón del sistema cerebral. El funcionamiento de algunos neurotransmisores, moléculas la información de una neurona a otra, se altera. Se ha identificado, en el cuadro depresivo, una disfunción en los siguientes neurotransmisores:
·         La serotonina, cuya función es regular el sueño, el apetito y el humor;
·         La norepinefrina (o noradrenalina), que regula también el sueño pero además la atención;
·         La dopamina, responsable de la regulación del humor y de la motivación.
  Un pequeño desequilibrio en el funcionamiento de estos neurotransmisores en suficiente para que los síntomas de la depresión aparezcan. Recientes investigaciones han demostrado que las alteraciones en el sistema de la neurotransmisión podrían estar en relación con el hipocampo, una estructura cerebral situada cerca de la corteza, que también está implicada en la enfermedad maniaco-depresiva.
  El desequilibrio hormonal también es un factor interno que desencadena la depresión, particularmente la depresión post parto. El nivel insuficiente de occitoxina, hormona secretada por la hipófisis (glándula endócrina cerebral), liberada durante la lactancia, explica en buena medida esta forma de depresión.
 Por otra parte, el mal funcionamiento del cortisol aumenta el índice de glucocorticoides, lo que desequilibra y bloquea los neurotransmisores localizados en el hipocampo; aparecen entonces las alteraciones del humor.
  No hay que olvidar el disfuncionamiento de la tiroides. Cuando esta glándula, cuyas hormonas juegan un papel muy importante en las funciones orgánicas, no trabaja a su nivel normal aparece el hipotiroidismo, que provoca que el organismo se vuelva lento en sus funciones generales generando cansancio y aumento de peso, condiciones que pueden contribuir a la aparición de la depresión.
  Otro factor de riesgo es la apnea del sueño, ya que esta condición no permite un descanso profundo, por una mala respiración, y porque implica un riesgo cardiovascular, lo que desencadena una alteración en el humor y una alta probabilidad de que la depresión aparezca.


Los factores genéticos.
  Las personas con antecedentes familiares de depresión son más susceptibles de padecerla que aquéllos que nos los tengan. Numerosas investigaciones han intentado identificar y aislar el gen de la depresión. Actualmente se cree que son varios los genes que pueden tener una influencia importante para que la enfermedad aparezca. De manera general, los genes implicados no necesariamente provocarían la depresión, pero sí transmitirían la predisposición a la enfermedad.
  En el caso de niños adoptados por padres no depresivos, pero cuyos padres biológicos sí padecieron la enfermedad (al menos uno de ellos), el riesgo de sufrir la enfermedad es muy pequeño, pero existe.
Los gemelos idénticos (que poseen exactamente los mismos genes) las posibilidades de que uno viva una depresión, si el otro la ha sufrido, aumentan considerablemente.

Los factores ligados al medio social y familiar.
  El trabajo excesivo, la soledad, situaciones difíciles o traumáticas (problemas financieros o profesionales) pueden favorecer la aparición de la depresión. Muy frecuentemente, después de la pérdida de un ser querido, durante un duelo, una separación, la partida de un hijo del hogar,  conductas depresivas pueden ir apareciendo. Puede presentarse también por pérdida de autonomía (total o parcial), pérdida de la juventud o de un estatus social, entre otros.
  Se estima que aproximadamente la mitad de las depresiones en el mundo se deben a situaciones relacionadas con el estrés; además, varios estudios demuestran que niños y jóvenes que están sometidos a un estrés fuerte y constante son susceptibles de convertirse en adultos depresivos. Cuando nos damos cuenta de los efectos nefastos que provoca la activación  crónica del eje del estrés en la neurogénesis, entonces no es sorprendente saber que la inhibición de la acción sea capaz de predisponer seriamente a la depresión.

Los factores tóxicos.
  El consumo regular de alcohol y otros productos tóxicos puede favorecer la aparición de la depresión, ya sea en el momento mismo del consumo o durante los períodos de no consumo.
  El abuso y la dependencia del alcohol y otras drogas pueden ser una consecuencia del fracaso escolar, de la falta de una red de apoyo familiar, de reglas y de disciplina en el entorno familiar, y por lo tanto responsables de la aparición de los primeros síntomas de depresión en la adolescencia.
  De acuerdo con recientes investigaciones, existe una asociación transversal entre el uso de sustancias y la depresión, aunque no existen suficientes estudios al respecto

Los factores psicológicos.
  Los rasgos del carácter y la personalidad tales como falta de confianza en sí mismo, dependencia excesiva en los demás, del mismo modo,  algunas alteraciones psiquiátricas como la ansiedad crónica pueden ser también responsables de que una persona padezca depresión.  Las personas que sufren constantes dificultades en sus relaciones tiene problemas de comunicación corren el riesgo de vivir episodios depresivos; asimismo,  la ausencia de una relación sólida, estrecha y de confianza, ya sea amorosa o de amistad, puede aumentar aún más este riesgo, ya que la falta de una red de apoyo es indispensable para el equilibrio emocional de las personas.




EPIDEMIOLOGÍA DE LA DEPRESIÓN EN MÉXICO

  En nuestro país se han llevado a cabo múltiples investigaciones para detectar la prevalencia e incidencia de la depresión en la población.  Debido a que los trastornos mentales tienen un fuerte impacto tanto a nivel individual como colectivo, la Secretaría de Salud Pública de México ha publicado los resultados que dichas investigaciones han arrojado.
  Se calcula que mas del 20% de la población sufrirá algún trastorno de tipo afectivo que requiera de algún tratamiento médico o psicológico. El Informe Mundial sobre la Salud de 2001 indicó que la prevalencia puntual de depresión en el mundo, tratándose de varones, fue del 1.9% y de 3.2% en las mujeres.
  La depresión no solamente genera discapacidad sino que está íntimamente ligada a la estigmatización que lleva  a la discriminación de los enfermos y de sus familias. Debido a ello, y con las evidencias disponibles, se puede afirmar que una escasa proporción de personas acude a los servicios de salud, en cambio, prefiere solicitar la ayuda de familiares o amigos cercanos
  En México, los trastornos neuropsiquiátricos ocupan el quinto lugar como carga de enfermedad, que considera indicadores de muerte prematura y períodos de incapacidad. De acuerdo con la Secretaría de Salud Pública, cuatro de las diez enfermedades más discapacitantes son de orden neuropsiquiátrico: esquizofrenia, depresión, trastorno obsesivo compulsivo y alcoholismo.
  Las diferencias entre hombres y mujeres con relación a la prevalencia de depresión, de acuerdo con investigaciones llevadas a cabo en 2002 por la Secretaría de Salud Pública, se mantiene de manera consistente, independientemente de la edad, aunque  se ha observado que aumenta con la edad en ambos sexos. En el caso de las mujeres, el porcentaje es de 4%  en las menores de 40 años y de 9.5% en aquéllas mayores a los 60 años. Por su parte, los hombres tuvieron una prevalencia de depresión del 1.6 % entre los menores de 40 años y del 5% en los adultos mayores de 60 años.
  La prevalencia de depresión en México se ve afectada por el tamaño de la comunidad en que se vive:
Prevalencia de episodios depresivos en México en personas mayores de 18 años, según el tamaño de localidad de residencia.


Mujeres
Hombres
Rural*
5%
3.5%
Urbano+
6%
2.9%
Área Metropolitana·
5,7%
1.9%

* menores de 2 500 habitantes
+ entre 2 500 y 100 000 habitantes
· más de 100 000 habitantes

Prevalencia de depresión según la entidad federativa de l país.

Entidad Federativa
Mujeres
Hombres

Jalisco
8.2%
5%

Veracruz

4,6%

Tabasco

4.5%

Nayarit

Menos de 1%

Nuevo León

Menos de 1%

Hidalgo
9.9%


Sonora
2.8%


Campeche
2.9%


Estado de México
8.1%





  Se observó también que conforme se aumenta el nivel de escolaridad, disminuye la prevalencia de depresión. Para ambos sexos los resultados fueron los siguientes: entre las personas sin educación formal, la prevalencia fue del  8%, y disminuyo hasta el 2.1% entre aquellas personas con educación superior o mayor.

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